CUADERNO DE TRABAJO No. 2 – 25 TESIS DEL NACIONALISMO CAMBA (¿Qué es el Nacionalismo Camba?)
Nota: Este es el Cuaderno de Trabajo No. 2 en forma virtual y física que ponemos al alcance de nuestros lectores; en él, después de la introducción se expone las tesis centrales del Nacionalismo Camba (NC) que han sido recogidas de varios pensadores y textos producidos por los cruceños y benianos en pos de la defensa de la cultura, la identidad y los intereses de los cambas que habitan el territorio amazónico-chaqueño.
Introducción
Hoy existe una ruptura en la evolución de las ideas del pensamiento camba (cruceño, beniano y pandino). Lo provocó el Memorándum de 2001 del Movimiento Autonomista Nación Camba (llamado hoy Movimiento Nación Camba de Liberación).
Antes de este documento, las ideas políticas en Santa Cruz y el Oriente frente al Estado boliviano, demandaban integración económica, sino también cultural. Eso se pidió a inicios del s. XX. Sabemos también que en el último cuarto del siglo XIX, se exigió la descentralización del poder vía la federalización de Bolivia. En busca de este objetivo político luchó, incluso militarmente, es decir, con las armas, Andrés Ibáñez. Esta demanda hizo eco también en el Beni. Antonio Vaca Díez la expresa en su diario de viaje cuando en 1876 escribe: “No hay pueblo más dispuesto al gobierno civil [léase gobierno autónomo] que el de Santa Cruz y el Beni; pueblos que con tantos recursos…no han progresado por las trabas que les opone el centralismo”.
En los años 40 del s. XX, las autoridades y pensadores cruceños exigieron al Estado de Bolivia planes de desarrollo económico, así como modernización urbana. La consecución de estas demandas se logró de alguna manera a través de la conquista de las regalías petroleras del 11% que por ley del año 1938 se debía otorgar al departamento de Santa Cruz. Los recursos económicos de esas regalías que se reconocieron a partir de 1958 hicieron posible que en la siguiente década se iniciaran las obras públicas en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
Ahora bien, todas esas ideas, seguidas de sus acciones y consecuencias, se movieron dentro del marco ideológico del nacionalismo estatal boliviano, el mismo que se había elaborado y difundido a partir de la primera década del s. XX hasta la asunción al poder en 1952 del MNR, que como sabemos, actuó bajo el paraguas ideológico del “nacionalismo revolucionario”, influenciado, también, por el nacionalsocialismo alemán.
Ese nacionalismo estatalista altoperuano, elaborado por los pensadores andinos o collas (tales como Carlos Montenegro, Unzaga de la Vega, Sergio Almaraz y otros), es el que se propagó por todo el Oriente boliviano, vía MNR, es decir, a través de su estructura partidista y militantes. Es bajo este marco ideológico nacionalista altoperuano que los académicos, escritores e historiadores cruceños (ej., Plácido Molina Mostajo, Humberto Vásquez Machicao, Enrique Finot y otros como Hernando Sanabria y algunos que aún viven), hablaron de Santa Cruz, o bien como una mera región, pero sin su contenido sociológico de “pueblo”, o bien, del “pueblo cruceño”, pero como parte del pueblo boliviano. También defendieron la integración de Santa Cruz o del Oriente camba al occidente colla boliviano.
Pero esa “integración” la entendieron como integración nacional, vale decir, se buscaba que el “pueblo camba cruceño” se asimilara (mimetizara) al pueblo boliviano andino que era visto y presentado como la expresión auténtica, el prototipo, de la “bolivianidad”. Por tanto, los cambas tenían que asumir la historia, la cultura, la forma de ver el mundo y la vida de los collas; los cambas tenían que dejar de ser cambas para “ser altoperuanos”. Es por eso que más de un cruceño, que sobre todo escribió la historia de Santa Cruz, se afanó, por ejemplo, por mostrar que la región oriental camba o el pueblo cruceño era un apéndice más del mundo cultural o del Estado andino colla.
Ahora bien: tampoco podemos acusar a aquellos cruceños de todas las consecuencias negativas que tuvo ese nacionalismo altoperuano para los cambas en general. Después de todo, esos pensadores cruceños son hijos de su época y contexto histórico. Además, antes de los años 50 del s. XX no todas las ciencias sociales se habían desarrollo hasta adquirir su estatus científico. La Sociología en América Latina, por ejemplo, aún no había salido de su etapa ensayística. La Ciencia Política seguía siendo una disciplina más del Derecho. La Antropología recién estaba formándose como disciplina independiente y científica. Por tanto, esos pensadores cruceños no contaban con las disciplinas sociales para ver a Santa Cruz y al pueblo camba cruceño con otros ojos, esto es, para estudiarlo con otros conceptos y categorías de análisis. Recién en los años 60 vino a Santa Cruz un etnógrafo norteamericano a estudiar al camba cruceño. Siendo que más de 100 años antes ya Alcides D’ Orbigny identificó al pueblo cruceño como un país distinto dentro del Estado de Bolivia. Así, en 1831 escribió:
“Los cruceños, por su lenguaje, sus hábitos y llanuras húmedas que habitan, se diferencian en todo de los otros habitantes [es de decir de los habitantes andinos o collas] de la república [de Bolivia]…Nada iguala el espíritu de hospitalidad que anima a unos y a otros [campesinos, mestizos y criollos cambas], a tal punto que el vagabundo que quiere vivir en el ocio es recibido en todas partes meses enteros y considerado como de la casa. El viajero es recibido allí con todas las demostraciones posibles de afecto. …Por eso en este dichoso país [el autor se refiere al pueblo cruceño habitando en su territorio], el anciano y el enfermo nunca son una carga y no tienen necesidad de recurrir a asilos públicos [estatales], desconocidos en Santa Cruz. El sentido de humanidad suple a todo”. (D’ Orbigny 1999) [Los corchetes y subrayados son nuestros]
Hoy hacer un estudio más objetivo del pueblo camba ya es posible. De ahí que no sólo la Historia sino también otras disciplinas sociales nos llevan a describir y explicar al pueblo camba (cruceño, beniano y pandino) como una realidad que “está ahí”, que está presente y existe. Hay una historia, un ámbito social, cultural, económico y político que identifica y diferencia al pueblo camba de cualquier otro pueblo o nación que esté dentro de Bolivia o incluso en Sudamérica. Quizás el único pueblo o nación semejante a los cambas es el pueblo paraguayo por los vínculos históricos, étnicos y culturales que se tienen desde los inicios de la colonia española en América y por la experiencia de las misiones jesuíticas en Mojos y Chiquitos. Al respecto, es muy ilustrativo leer lo que dijo de los cruceños en una carta de inicios de los años 40 del siglo XIX el alemán M. Bach que acompañaba en su viaje por Santa Cruz a Castelneau:
“Teniendo uno en cuenta los que le rodean, uno se puede imaginar que los cruceños actuales son una mezcla de españoles, paraguayos, chiquitanos y chiriguanos; la lengua española, la cual es aquí la única que se habla, contiene muchas palabras locales de esas naciones [Bach alude a los chiquitanos, guaraníes, chiriguanos…y por supuesto a los mestizos paraguayos que se habían venido a vivir a Santa Cruz de la Sierra]. El carácter de los mismos se compone, por así decirlo, de cuatro caracteres nacionales, a saber, el español, el del Paraguay, el de Chiquitos y el de los Chiriguanos…” (Carta publicada en 1842). [El subrayado es nuestro]
Por esa descripción de Bach, más mestizos los cambas cruceños no podrían ser. Y como decimos en otros escritos que tenemos y lo demuestra también H. Sanabria en su libro En busca de ElDorado, fue ese cruceño mestizo quien pobló con esmero, esfuerzo e inteligencia, lo que hoy llamamos el Oriente camba (Santa Cruz, Beni y Pando).
Por eso mismo, el pueblo camba en su devenir hoy más que nunca se viene asumiendo como Nación camba. Los elementos que tiene esta nación (que ya los hemos descrito y explicado en otros trabajos) son estos:
1) Está asentada en un territorio determinado que tiene su delimitación a partir de la Gobernación de Mojos o de Santa Cruz creada en 1560. Hoy mantienen gran parte de ese territorio los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. Son más de 661.000 kilómetros cuadrados sumando sólo los territorios de los tres primeros departamentos.
2) Tiene una población que se auto identifica, mayoritariamente, como mestiza. Así, según una encuesta de auto percepción étnica realizada el año 2004, en Beni el 55, 52% de su población mayores de 14 años se considera mestiza, un 26, 42 % blanca y un 15,05 indígena-originaria; en Santa Cruz, 57, 36% se percibe mestiza, 30,42% blanca y 8,3% indígena-originaria (Fuente: Urenda 2006: 78). En el caso de Pando, según el Censo de Población y Vivienda de 2001, el 83, 8% se consideraba mestizo-criollo, y el saldo de su población tiene una identidad indígena-originaria del lugar o del interior. Por todos los datos que hemos visto y analizado, la cantidad de la población que se asume como camba (mestiza, criolla e indígena-originaria) no es menor a 1’ 800.000 habitantes. Y si a esta cantidad le sumamos la gente que, venida del interior o del exterior por emigración, se ha asimilado libremente a la cultura camba, esa cifra con seguridad aumentaría. Por eso, urge hacer nuevos censos departamentales en estos tres departamentos cambas.Esta población conforma un “pueblo”, porque a lo largo de más de 400 años de historia (1561 hacia delante) desarrolló y mantiene un conjunto de tradiciones, valores culturales y forma de ser que se manifiestan en varias costumbres, fiestas que se celebran, juegos, forma particular de hablar la lengua castellana, en una religión predominantemente cristiana católica, etc.
A la conformación de este “pueblo camba”, como hemos visto, aportaron con su sangre, costumbres, lenguas, valores y formas de ser las etnias o pueblos indígenas como los guaraníes, los chiquitanos y con el tiempo los movimas, mojeños, reyesanos….todos ellos pertenecientes a lo que algunos etnógrafos llaman “raza pampeana”. Estos pueblos nativos son subnacionalidades de la Nación camba. Y ésta no se la explica cabalmente sin la presencia de los cambas indígenas que hay en Santa Cruz, Beni y Pando. Por los datos estadísticos precedentes, la población camba indígena originaria en todo el territorio camba llega alrededor de un 12%.
3) Tiene una historia propia que está escrita. Se la puede leer, entre otras, en la obra mencionada del cruceño Hernando Sanabria: En Busca de ElDorado (1988) y en la más reciente del beniano José Luis Roca: Sociedad y Economía en el Oriente Boliviano, S. XVI al XX (2001).
4) Tiene aspiraciones políticas de autonomía. Y esto desde 1561, primero ante la administración colonial española y, después, frente a la República de Bolivia y sus gobiernos andinos de turno. Los cabildos realizados en los últimos 4 años demandando autonomía son otras de las expresiones de dichas aspiraciones.
5) Hay un vínculo psicológico y cultural entre los cambas, así como un sentimiento fuerte y profundo, de sentirse y querer seguir siendo camba. Es una especie de simpatía y empatìa entre los cambas. Sobre todo cuando descubrimos que la palabra “camba” significa hombre (señor o señora), y tiene su origen etimológico en la lengua guaraní, y es una palabra que fue registrada por primera vez en forma escrita en una Relación sobre los Mojos de 1675 que hizo el Hno. jesuita Joseph del Castillo. Es la palabra más universal y la que mejor contenido sociológico y antropológico tiene. Por tanto, permite auto identificarse al cruceño, beniano y pandino ante los “otros”. Así, en 1938 el beniano F. Bascopé G. escribió del Camba:“…En el Sudeste, en el Oriente y en Noroeste […] se formó, en una briosa palpitación de causas mesológicas, un elemento humano de incomparable valor social: EL CAMBA […] El Camba es un producto de su espacio; domina su bravía instintividad una intuición devastadora, y fue siempre libre como el viento de la planicie […]. Acostumbrado a vencer, rompió las trabas del mestizaje. Sin luz ni freno, su desbordante naturaleza abonó durante centurias el campo de su especie. De este modo, dentro de su constelación étnica, el Camba tiene un solo valor político y una sola altura social desde el Sur Guaranítico hasta el Norte Tacana y Mosetén […] En su primer periodo fue avasallador y triunfador. Las alboradas contra las tesoneras empresas extremeñas y vizcaínas retardaron la velocidad de la campaña conquistadora Europea. Más tarde se transformó. Cincuenta años antes de la Intendencia de Viedma era el Camba el auxiliar más enérgico de la civilización. Necesitó doscientos años para florecer prodigiosamente como una fuerza nueva, con otro carácter y con otro destino…” (en Revista Moxos, 18-XI-1938).
El etnógrafo norteamericano Heath en los años 50 del s. XX dice del Camba:
“Los Cambas constituyen un grupo de individuos que en forma deliberada se relacionan entre sí. Para ser camba se necesita haber sido socializado como miembro de un grupo que ha persistido durante generaciones; un grupo cuyos miembros comparten modalidades comunes en el pensamiento, sentimientos, creencias y modos de comportarse” (2000: 78).
“Las artes y oficios de los Cambas hoy reflejan su herencia indígena, a pesar de que su modo de vestir es completamente Española [sic.]. En su arquitectura, alimentos e idioma podemos ahora discernir elementos tanto de las tradiciones nativas como Españolas. Sus juegos, fabricaciones caseras, cuentos folklóricos, farmacopea, y un sinnúmero de otros aspectos de su cultura igualmente emergen de su ancestro dual. Por consiguiente, debemos reconocer que los Cambas no son ni indígenas ni Andaluces pero son un pueblo nuevo que aún se halla en proceso de formación en cuanto a sus costumbres de vida. Su cultura no es copia de ningún molde antiguo sino una cultura nueva poseída de una vitalidad que concuerda con su estado emergente” (Idem). [El subrayado es nuestro]
“Los Cambas forman una nueva constelación en el universo de la cultura humana. Todo parece indicar que esta constelación se hallase en ascenso” (Idem).
A esta nacionalidad camba, los otros pueblos o naciones del Estado de Bolivia, las NN.UU., los organismos internacionales y los otros Estados de América no pueden ignorarla ni desconocerla, menos negarle su derecho de libre autodeterminación.
Por todo aquello, el nacionalismo camba defiende la Nación camba, esto es: defiende la historia, el territorio con todos sus recursos naturales, los derechos humanos, los intereses, la identidad cultural, las aspiraciones políticas de autonomía y liberación de los cambas como grupo humano o comunidad distinto a otros.
Asimismo, el nacionalismo camba plantea la posibilidad de que la Nación Camba se convierta en un Estado binacional confederado o asociado a Bolivia.
Este nacionalismo camba no es igual al regionalismo ni al integracionismo cruceño del s. XX. Tampoco se reduce a exigir sólo autonomía departamental dentro del Estado de Bolivia. Por tanto, rompe con aquellas posturas cruceñas planteadas en el marco del nacionalismo altoperuano boliviano.
Por otra parte, el nacionalismo camba tampoco es igual al Movimiento Nación Camba de Liberación (MANC-L), aun cuando algunos de los que han aportado a este nacionalismo sean miembros, simpatizantes o fines a dicho movimiento. El nacionalismo camba sí es una ideología política a la cual han aportado y están aportando estudiosos y profesionales de todas las edades, simpatizantes o no del MANC-L, que dicho este movimiento no es un partido político ni una agrupación ciudadana, menos una fundación; aunque sí, con esa ideología, tienen la posibilidad, los que lo deseen, de conformar un partido político que aspire a conquistar el poder político en el Oriente boliviano.
El nacionalismo camba es el nuevo ideario ideológico político que los cambas necesitábamos para continuar luchando por nuestro derecho humano de libre autodeterminación como Nación frente a un Estado boliviano dirigido hasta ahora por los collas que ejecutan un colonialismo interno (que es otra forma de violencia) contra los cambas, vía educación pública, expoliación de los recursos económicos que nos pertenecen, desprestigio social, político y racial.
El nacionalismo camba es la expresión filosófica, ideológica y política de la nacionalidad camba. Y será el ideario con el que actuarán los actores políticos, sociales, económicos, culturales e institucionales cambas que defiendan nuestra Nación frente a cualquier intento de agresión o de negación de nuestros derechos, intereses, bienes, identidad cultural, etc.
Este ideario que define el nacionalismo camba recoge el aporte de más de un libro o trabajo escrito, sobre todo, por estudiosos cambas. Estamos seguros que también recoge el sentimiento y las aspiraciones de todos los que se asumen como cambas y como parte de la Nación Camba: realidad histórica, sociológica, cultural y política que la explicamos en el Cuaderno No. 1.
Entre otros libros o documentos que han contribuido directa o indirectamente, conscientemente o no, con diversos puntos y aspectos al surgimiento del nacionalismo camba, se pueden citar estos:
– Sergio Antelo, Los cruceños y su derecho de libre determinación (2003).
– Paula Peña y otros, La permanente construcción de lo cruceño. Un estudio sobre la identidad en Santa Cruz de la Sierra (2003)
– Gustavo Pinto Mosqueira, La Nación Camba. Fundamentos y Desafíos (2003).
– Hugo Añez M., Santa Cruz: Una Nación subyugada (2005).
– Gustavo Pinto Mosqueira, Pueblo, Nación y Nacionalismo Camba (2008)
– Carlos Dabdoub Arrien, Iyambae (Sin dueño) (2008)
– Sergio Antelo, “Los cambas: Una Nación sin Estado”, www.nacioncamba.net (30.06.08)
– Orlando Mercado Chávez, La nación oriental de las llanuras (Una sociedad cautiva y colonizada en Sudamérica) (2007)
El nacionalismo camba que ahora presentamos de manera resumida en las páginas siguientes será la “filosofía” que orientará nuestra inclaudicable lucha por la autonomía plena, la libertad, la existencia y la autodeterminación de nuestra Nación en la cual hemos nacido y a la cual nos debemos todos: la Nación Camba.
Autor:
Gustavo Pinto Mosqueira
Lic. en Filosofía.
Master en Ciencias Sociales.
Diplomado en Educación Superior.
Docente universitario
Investigador en el área de las ciencias humanas y sociales.
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