
Santa Cruz: Ayer y Hoy, la lucha por nuestra libertad y nuestra tierra
Hoy, 24 de septiembre, recordamos aquel día de 1810 en el que los cruceños decidieron no callar más. Ese día, nuestras voces se alzaron con fuerza, iniciando una guerra de quince años que, con sangre y sacrificio, culminó en la ansiada libertad en 1825. Fueron años duros, pero los valientes hombres y mujeres que habitaron estas tierras sabían que la independencia no era un sueño lejano, sino un derecho que debían conquistar.
Santa Cruz de la Sierra, forjada en el temple de aquellos que lucharon por dejar de ser oprimidos, ha sido siempre una tierra de esfuerzo y resistencia. No solo resistimos el yugo español en el pasado; resistimos la adversidad cada día. Hoy, nos enfrentamos a un enemigo diferente, pero no menos devastador: los incendios forestales que consumen nuestra tierra, destruyen nuestra flora y fauna, y amenazan la vida de todos los que vivimos aquí. Estos incendios, provocados por la negligencia y la codicia de quienes buscan explotar la riqueza de nuestra región, nos recuerdan que la libertad también implica responsabilidad y cuidado por el hogar que compartimos.
Cada hectárea perdida es un lamento profundo que surge del corazón de nuestra tierra. La fauna que huye y los árboles que caen bajo el fuego son un recordatorio de que esta batalla no ha terminado. Santa Cruz sigue luchando, pero esta vez la guerra es por preservar lo que hemos construido con tanto esfuerzo. Luchamos contra aquellos que no entienden que esta tierra nos pertenece a todos y que su belleza es un tesoro que debemos proteger.
Así como en 1810, cuando nos levantamos para defender nuestro derecho a ser libres, hoy debemos alzarnos nuevamente. No con armas, sino con conciencia, con un compromiso firme de cuidar nuestro suelo, de exigir a quienes gobiernan que protejan nuestras reservas naturales, y de enseñar a las futuras generaciones el valor de esta tierra bendita.
Hoy recordamos a los valientes cruceños que, hace más de dos siglos, se atrevieron a soñar con un futuro mejor. Y aunque los desafíos han cambiado, el espíritu que nos mueve sigue siendo el mismo. Santa Cruz se construyó con el trabajo de cada uno de sus ciudadanos, y hoy, en medio de la tragedia de los incendios, seguimos demostrando que nuestra lucha sigue siendo una constante. Porque defender nuestra libertad significa, también, defender nuestra tierra.
Hoy más que nunca, en este día de conmemoración, recordemos que Santa Cruz no se rinde. Que nuestra tierra, como nuestros corazones, sigue siendo fuerte y libre, aunque la adversidad intente quemar nuestros sueños. La lucha sigue, y Santa Cruz, como siempre, prevalecerá.
Ilustración: Richard Osinaga (i.a.)